Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Reyes 17, 15-31

15 Despreciaron sus decretos y la alianza que hizo con sus padres y las
advertencias que les hizo, caminando en pos de vanidades, haciéndose ellos
mismos vanidad, en pos de las naciones que les rodeaban, acerca de las que
Yahveh les había ordenado: «No haréis como ellas.»

16 Abandonaron todos los mandamientos de Yahveh su Dios, y se
hicieron ídolos fundidos, los dos becerros; se hicieron cipos y se postraron
ante todo el ejército de los cielos y dieron culto a Baal.

17 Hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron la
adivinación y los augurios, y se prestaron a hacer lo malo a los
ojos de
Yahveh, provocando su cólera.

18 Yahveh se airó en gran manera contra Israel y los apartó de su
rostro, quedando solamente la tribu de Judá.

19 Tampoco Judá guardó los mandamientos de Yahveh su Dios y
siguió las costumbres que practicó Israel.

20 Rechazó Yahveh el linaje de Israel, los humilló y los entregó en
mano de saqueadores, hasta que los arrojó de su presencia;

21 pues como había arrancado a Israel de la casa de David y ellos se
habían elegido rey a Jeroboam, hijo de Nebat, Jeroboam alejó a Israel del
seguimiento de Yahveh, haciéndoles cometer un gran pecado.

22 Cometieron los israelitas todos los pecados que hizo Jeroboam, y
no se apartaron de ellos,


23 hasta que Yahveh apartó a Israel de su presencia, como había
anunciado por medio de todos sus siervos los profetas; deportó a Israel de
su tierra a Asiria, hasta el día de hoy.

24 El rey de Asiria hizo venir gentes de Babilonia, de Kutá, de Avvá,
de Jamat y de Sefarváyim y los estableció en las ciudades de
Samaría en
lugar de los israelitas; ellos ocuparon Samaría y se establecieron en
sus
ciudades.

25 Sucedió que, cuando comenzaron a establecerse allí, no veneraban
a Yahveh, y Yahveh envió contra ellos leones que mataron a muchos.

26 Entonces dijeron al rey de Asiria: «Las gentes que has hecho
deportar para establecerlas en las ciudades de Samaría no conocen el culto
del dios de la tierra, y ha enviado contra ellos leones que los matan, porque
ellos no conocen el culto del dios de la tierra.»

27 El rey de Asiria dio esta orden: «Haced partir allá a uno de
los
sacerdotes que deporté de allí; que vaya y habite allí y les enseñe el culto
del dios de la tierra.»

28 Vino entonces uno de los sacerdotes deportados de Samaría, se
estableció en Betel y les enseñó cómo debían reverenciar a Yahveh.

29 Pero cada nación se hizo sus dioses y los pusieron en los templos
de los altos que habían hecho los samaritanos, cada nación en las ciudades
que habitaba.

30 Las gentes de Babilonia hicieron un Sukkot Benot, las gentes de
Kutá hicieron un Nergal, las gentes de Jamat hicieron un Asimá,

31 los avvitas hicieron un Nibjaz y un Tartaq y los
sefarvitas
quemaban a sus hijos en honor de Adrammélek y Anammélek, dioses de los
sefarvitas.